El 16 de julio de 2003, el mundo de la música latina se paralizó con la muerte de Celia Cruz, causando un gran impacto entre sus seguidores. Hoy, al cumplirse 20 años de su partida, su inigualable voz, energía, humildad y su icónico grito de “¡Azúcar!” siguen vivos en el corazón de sus admiradores, incluso entre aquellos que no tuvieron la oportunidad de conocerla.
Celia Cruz, también conocida como la “reina de la salsa”, dejó una huella imborrable en la industria musical durante sus cinco décadas de carrera, que comenzó en su natal Cuba y luego continuó en Estados Unidos después de exiliarse en 1961. Su talento y carisma la llevaron a destacarse en un género dominado mayormente por hombres, ganándose el cariño y respeto de todos.
Desde joven, Celia mostró interés por la música, aunque su padre quería que se convirtiera en maestra debido a las limitadas opciones que tenía una persona negra y humilde en Cuba. Sin embargo, su pasión por la música la llevó a perseguir su sueño y se convirtió en una de las figuras más icónicas de la música latina.
Veinte años después de su partida, la comunidad cubana le rindió homenaje con un desfile y una carroza en Nueva York, donde el alcalde Eric Adams declaró el “Día de Celia Cruz” en su memoria. A pesar de la intensa lluvia, sus seguidores acudieron al mausoleo de Celia en el cementerio Woodlawn en El Bronx para recordarla y rendir tributo a su reina.
Su legado perdura, y su música sigue tocando los corazones de personas de todas las edades y nacionalidades. Celia Cruz dejó un legado de inspiración y empoderamiento para todos, demostrando que con pasión, talento y determinación, se puede romper barreras y alcanzar el éxito.