Entre lágrimas la conductora agradeció el apoyo que ha recibido.
Todo el mundo sigue lamentando la noticia de la muerte de Julián Figueroa, el único hijo de Maribel Guardia y Joan Sebastian.
Luego de varias horas de incertidumbre en donde la actriz no se comunicó con sus amigos cercanos y no compartió nada de lo que estaba sucediendo en las redes sociales, por fin tomó valor y dio una pequeña entrevista en donde contó a los medios de comunicación que estaba sucediendo y cómo es que se sentía.
Entre lágrimas, la reina de belleza se mostró destrozada, sumamente dolida por la muerte de su primer y único hijo. “Dios me lo dio y me lo quitó”.
Afuera de su domicilio al sur de la Ciudad de México fue que la actriz apareció para dar sus primeras declaraciones, estuvo acompañada de sus nuera Imelda Garza, quien quedó viuda tras la tragedia.
“Gracias por estar en este momento tan difícil para nosotros”, dijo Maribel al borde del llanto para luego explicar que decidieron en familia cremar a su hijo para evitar una impresión en el pequeño José Julián, hijo del fallecido.
“A cremar para que también el bebé no viera su cadáver, iba a ser muy traumático para él. Necesitábamos vivir este dolor en familia, con gente que realmente conoció y amó a Julián. Vivir esto duelo que yo sé que apenas está empezando, nos falta mucho por vivir , por recorrer”, dijo respecto al funeral privado que se realizó al interior de su casa en Jardines del Pedregal.
Maribel aseguró que mediante una ceremonia religiosa pudo despedirse del cantante fallecido a los 27 años. “Pero Dios es grande, ayer llegó el padre José de Jesús e hizo una misa preciosa, donde hicimos un trabajo hermoso de despedirlo, de soltarlo, he recibido tanto amor de la gente, yo sé que varios programas le hicieron un homenaje a mi hijo, se los agradezco mucho”, dijo con la voz desgarrada.
Frente a los reporteros, la actriz volvió a lamentar la muerte de su hijo y destacó que ahora corresponde “una gran labor”, la de criar a su nieto José Julián. “Era mi amor, era el niño de mis ojos, es un momento de aprender, pero Dios me lo dio y Dios me lo quitó, lo entrego a sus manos, tenía tanto por recorrer Julián, estaba empezando su carrera. Tenía 500 composiciones, montaba a caballo…”.
Vestida totalmente de negro y con gorra, le agradeció a su público las muestras de apoyo en este duro momento, con el que, reconoce, vivirá toda su vida.
“La verdad es que la casa está tan linda, llena de flores, de buena energía, de tanto cariño de la gente, que yo no me lo esperaba la verdad, que tanta gente me mandara cosas tan lindas y me dijera cosas tan lindas. Lo agradezco y les pido a todos los que me están viendo que recen mucho por mi hijo, por nosotros para que podamos tener valor”.