El año 2023 marca un hito histórico para la música mexicana y latinoamericana en general. Es un momento significativo que destaca las diversas expresiones musicales y complejas historias de la región, así como sus interacciones con un mundo que desafía el predominio occidental y muestra una tendencia obsoleta hacia el futuro. El segundo semestre del año promete un horizonte aún más brillante, con lanzamientos de álbumes de artistas como Peso Pluma y Natanael Cano, así como la proliferación de otros jóvenes talentos importantes como Chino Pacas, el colectivo Street Mob Records y las poderosas voces femeninas de Ivonne Galaz, Tania Dominguez y Yahritza y su Esencia. Estos artistas continúan llevando un sonido que representa una rica historia de sonidos que durante años fue menospreciado, pero que ahora alcanza las cimas más altas en un mundo musical siempre ávido de grandes revoluciones. Hoy en día, ya no hablamos de regional mexicano, sino de un movimiento musical mexicano global que merece ser celebrado.
Hace algunas semanas, se dio a conocer una noticia
trascendental: el consumo de música regional mexicana en Estados Unidos ha
aumentado un 42.1% en lo que va del año, superando así el crecimiento del
género latino en general (+23.1%). Solo el K-pop, con un aumento del 49.4%, ha
tenido un desempeño aún mejor que el regional mexicano. Nos encontramos en el
año 2023, donde solo unos pocos géneros musicales ocupan los lugares más altos
de popularidad en la industria. Uno de ellos surge de una disciplina en el continente
asiático, que avanza a una velocidad sorprendente. El otro, más cercano y
familiar, es el resultado de una evolución natural en la cultura y el sonido de
toda una región, más que de un solo país.